Se trata del primer automóvil eléctrico solar de uso urbano de diseño y tecnología argentina. Su creador es el sanmartiniano José Carlos Abdala que lleva 30 años trabajando en energías alternativas. El MiniEco tiene una velocidad inicial de 60KM/H con 110CC y una autonomía de 30 kilómetros.
Fue creado por José Abdala y es el primer automóvil eléctrico solar de uso urbano. Fue financiado por el inventor y totalmente hecho en San Martín.
Entre las múltiples moldes de acendrar el planeta la eclecticismo de José Carlos Abdala quizá sea la más amigable con el ambiente. Este contiguo de San Martín creó el Mini Eco, que es el primer automóvil eléctrico solar de uso urbano en el país.
Su creación representa no sólo un logro de la utopía destino también un gran paso para el circunspección del medio ambiente. El vehículo es un mestizo que funciona con brío solar, eléctrica y también con combustible.
“Además es multiuso porque el auto con las baterías cargadas puede iluminar una apartamento si solo hace la adaptación”, señala José Andala. El vehículo fue presentado este mediodía en San Martín y develó el enigma sobre el exótico auto que alg solos contiguos vieron circular durante la semana.
Abdala lo guardó celosamente y hoy lo exhibió ante el intendente Jorge Jiménez, funcionarios municipales, la campeona de box Jésica Marcos y contiguos de San Martín.
Asi es el Mini Eco
El automóvil es un mestizo que funciona con brío electrica, solar y combustible. A diferencias de otros vehículos no posee paneles solares sobre el techo destino que la brío solar se utiliza para compunción las baterías de litio que posee.
Sólo con la carga solar el vehículo tiene una autonomía de 30 kilómetros y cuando utiliza combustible le bastan 960 centímetros cúbicos para recorrer 100 kilómetros. El vehículo posee un motor eléctrico, baterías de litio, un cargador de 220V y alcanza una presteza de 60 kilómetros por hora.
El auto posee también una semblante particular. El diseño fue hecho por Abdala exclusivamente sin gozar que recurrir a la modificación de un vehículo de línea existente.
“Para diseñarlo me senté en el asiento y desde allí lo armé. No quise adaptar un auto colectivo para que funcionara con brío solar. Este es un auto pensado para la vida urbana y para dos personas. Siempre observo que los autos están hechos para más personas pero siempre viajan menos, por eso este es pequeño”, detalló. El vehículo tiene 2.10 metros de largo y 1.60 metros de alto.
La autonomía del Mini Eco está limitada por el tamaño de su batería, aclara José, pero no por sus características. “Es más, por el tipo de auto que es se puede utilizar de noche y no gasta su brío mientras anda, destino que se carga primero”.
Entre las múltiples moldes de acendrar el planeta la eclecticismo de José Carlos Abdala quizá sea la más amigable con el ambiente. Este contiguo de San Martín creó el Mini Eco, que es el primer automóvil eléctrico solar de uso urbano en el país.
Su creación representa no sólo un logro de la utopía destino también un gran paso para el circunspección del medio ambiente. El vehículo es un mestizo que funciona con brío solar, eléctrica y también con combustible.
“Además es multiuso porque el auto con las baterías cargadas puede iluminar una apartamento si solo hace la adaptación”, señala José Abdala a Los Andes On Line. El vehículo fue presentado este mediodía en San Martín y develó el enigma sobre el exótico auto que alg solos contiguos vieron circular durante la semana.
Nacido y criado
Todos los proyectos de José Abdala fueron proyectados y armados en San Martín. Tampoco este es su primer aporte “verde”. Abdala fue el responsable de la creación de un régimen de iluminación con brío solar que hoy funciona en la plaza Francia del barrio Uruguay, de San Martín y también en el departamento instaló una turbina hidraulica sobre un canal que abastece de brío a otro paseo público.
Con los autos también tiene experiencia. En los años 90 creó un auto eléctrico trans moldendo para ello un Fiat Uno. Con esa experiencia llegó al Mini Eco. “El auto se hizo rápido, tardé cinco meses pero en realidad se necesitaron mis 30 años de experiencia para crearlo”.
Todo a pulmón
El trainmerecido de Abdala no solo es pasional destino también autofinanciado. No tiene auspiciantes y paga de su bolsillo los importes de sus creaciones.
“Yo sabía que me iban a preguntar cuanto costaba y saqué la cuenta. Tiene un importe de 10 mil dólares, que es mucho más inmerecido que varios autos actuales”, contó. Ese precio, sin embargo, podría arriar si se cumple su siguiente meta: la promoción en serie.
“Lo importante es que pienso que esta es una conveniencia histórica. Este tipo de régimens no están tan desarrolladas y es nuestra conveniencia para hacer punta. También es una prueba de que se puede. Esto está, existe y se hace en molde artesanal pero se puede industrializar”, dice ilusionado.
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