El proyecto del gobierno de Celso Jaque, en el sentido de desdoblar el calendario electoral de autoridades provinciales y nacionales, merece un análisis.
La propuesta podría ser muy negativa si sólo tiene como objetivo obtener una ventaja coyuntural, en el sentido de amortiguar el impacto de un gobierno nacional autoritario y prepotente, en la suerte del partido gobernante en Mendoza. En caso de reducirse la idea a resolver este problema, sería un retroceso institucional; sería incrementar los costos electorales sin ningún sentido más allá de beneficiar en algunos puntos al oficialismo. Además, sería una muestra de manoseo para las instituciones, toda vez que se sentaría el negativo precedente para que, en adelante, cada gobierno acomode el calendario electoral a sus propios intereses.
Pero esta circunstancia puede ser también una excelente oportunidad para crecer y avanzar en el proceso de construir una política de Estado, capaz de fortalecer las instituciones, afirmar la autonomía provincial, y tomar distancia de la decadente autoridad de Buenos Aires, que se ha caracterizado en los últimos 80 años, por engendrar gobiernos que figuran entre los peores de América Latina.
Se ha hecho una costumbre, en muchos dirigentes provinciales, mirar con oportunismo a los liderazgos nacionales, y acomodar su carrera a la “línea que baja Buenos Aires” como mecanismo indispensable para sobrevivir en política. En este contexto, cada vez que un caudillo tiene condiciones de hacer una buena elección como candidato a presidente, muchos dirigentes de Mendoza se ven en la necesidad de colgarse de sus pantalones, para tratar de ganar puntos en la elección provincial, por méritos ajenos.
El resultado de esta práctica es que en vez de gobernador de Mendoza, tenemos un mero subdelegado, pelele del poder central. Son personajes oscuros que, gracias a la ola generada por la candidatura nacional, pueden llegar al poder, pero una vez allí, no saben qué hacer. Y su administración se convierte en un martirio, una sucesión de imprecisiones e improvisaciones, con más ocurrencias que proyectos. Son gobernadores tristes, cuyo único objetivo es durar, haciendo la menor cantidad de papelones posible. Y nada más. Mientras tanto, el pueblo de Mendoza tiene que soportar la inoperancia, la intrascendencia y la pérdida de poder relativo dentro de la Nación.
Las elecciones de Mendoza no pueden quedar como mero apéndice de los debates de las candidaturas presidenciales. Sobre todo porque esas grandes contiendas tienen otros ejes, muy lejanos de la específica estructura socioeconómica de esta provincia. Recordemos que la Argentina tiene todavía una estructura arcaica, de grandes terratenientes con latifundios dedicados a producción primaria de exportación, con escaso o nulo valor agregado, que debe sostener a una industria no competitiva, que sólo sobrevive atada a respiradores artificiales con forma de subsidios del Estado. Ese modelo no tiene nada que ver con el de Mendoza, centrado en la pequeña propiedad, la agricultura intensiva, la agroindustria y la exportación de productos competitivos.
En este sentido, el desdoblamiento electoral puede ser negativo si es una medida coyuntural y oportunista para salvar al gobierno de una debacle. Pero puede ser muy positivo si se establece como política de Estado, es decir, como actitud permanente, que vaya más allá del presente gobierno, y se adopta como un calendario estable, al estilo de EEUU (se elige siempre el presidente de la Nación, cada cuatro años, en noviembre).
Los mendocinos no podemos influir mayormente en el caos de la política nacional. Es una política enferma, plagada de corrupción, manipulación institucional, clientelismo y violencia. Pero podemos avanzar en la construcción de una provincia con calidad institucional, que tenga sus propios valores, contaminada lo menos posible con la arrogante Buenos Aires. Para ello, puede ser muy conveniente preservar la investidura del gobernador de aquellas manipulaciones; jerarquizarla, con un tiempo propio para el debate, la reflexión y la selección de candidatos.
Desde esta perspectiva, puede ser muy positivo el desdoblamiento electoral. Pero ello no puede hacerse con medios coyunturales, sino como parte de una política de Estado, que no pueda cambiarse a gusto del gobierno de turno. Para ello, además de una ley, sería bueno darle rango constitucional.
Link permanente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/221920
Comentarios
Martes 6 de Julio de 2010
COMPARTO LA NOTA DE PABLO LACOSTE
por Edgardo Civit Evans
Muy acertadas las apreciaciones y advertencias del historiador Pablo Lacoste.
Son ciertas las opciones sobre el posible desdoblamiento de las elecciones: a) si se queda en una medida oportunista, politiquera y electoralista, está destinada al fracaso; y 2) si se define como una política de Estado, para profundizar el SISTEMA FEDERAL DE GOBIERNO, puede ser sumamente útil y eficaz.
La nota también se ajusta a lo sucedido con la Mendoza de los últimos años y el abandono de principios que permitieron el crecimiento de nuestra provincia.
Hace mucho tiempo, pocas veces un Gobernador viajaba a Buenos Aires, y menos aún a pedir plata.
Si embargo, se hacían grandes obras públicas (hidráulicas, caminos, puentes, escuelas, hospitales, viviendas, etc.)
Desde hace un tiempo, hasta para hacer una pequeña obra deben ir a mendigar fondos.
Tal es el grado de concentración política, económica, social, que padecemos.
En este último aspecto nos basta señalar los grandes hospitales que tienen casi todas las obras sociales en Bs. Aires, mientras que en Mendoza el mismo sindicato no tiene ni médicos.
Así en casi todas las áreas.
Recuerdo como uno de los grandes defensores del federalismo a un hombre con el cual en varias oportunidades no coincidimos, pero siempre reconozco la tenaz defensa que hizo de los intereses de Mendoza: don Felipe Santiago Llaver.
Tuvo 2 grandes gestos que lo acreditan: 1) la defensa de Los Nihuiles, donde fue incluso en forma personal para no cederlos a la nación, y 2) no permitir el ingreso de los bingos y de empresas que pretendían imponerle desde la capital.
Luego vinieron quienes no sólo liquidaron los bancos de Mendoza y de Previsión Social, vendieron Giol, Obras Sanitarias y EMSE, sino también que transfirieron la Caja de Jubilaciones de la Provincia.
No es sólo un problema de personas, sino de la CONCEPCION RESPECTO DE LA DEFENSA DE LOS INTERESES DE MENDOZA.
Una cabal demostración lo constituyen el silencio de muchos ante las leyes de promoción industrial, la ley de copartipación, la ley de cheques y muchas otras que sirven para sustraer recursos que nos pertenecen.
Ojalá, como expresa Pablo Lacoste, éste desdoblamiento electoral nos sirva para iniciar una etapa que nos sirva para acrecentar nuestra defensa de los intereses de Mendoza, y no un mero artilugio para ver cuántos votos más pueden sacar algunos caciques departamentales, tan nocivos al interés general como son los “patriarcas” radicados en Buenos Aires, muchos de ellos, hombres de las provincias que viven encandilados por las luces del puerto.

Son ciertas las opciones sobre el posible desdoblamiento de las elecciones: a) si se queda en una medida oportunista, politiquera y electoralista, está destinada al fracaso; y 2) si se define como una política de Estado, para profundizar el SISTEMA FEDERAL DE GOBIERNO, puede ser sumamente útil y eficaz.
La nota también se ajusta a lo sucedido con la Mendoza de los últimos años y el abandono de principios que permitieron el crecimiento de nuestra provincia.
Hace mucho tiempo, pocas veces un Gobernador viajaba a Buenos Aires, y menos aún a pedir plata.
Si embargo, se hacían grandes obras públicas (hidráulicas, caminos, puentes, escuelas, hospitales, viviendas, etc.)
Desde hace un tiempo, hasta para hacer una pequeña obra deben ir a mendigar fondos.
Tal es el grado de concentración política, económica, social, que padecemos.
En este último aspecto nos basta señalar los grandes hospitales que tienen casi todas las obras sociales en Bs. Aires, mientras que en Mendoza el mismo sindicato no tiene ni médicos.
Así en casi todas las áreas.
Recuerdo como uno de los grandes defensores del federalismo a un hombre con el cual en varias oportunidades no coincidimos, pero siempre reconozco la tenaz defensa que hizo de los intereses de Mendoza: don Felipe Santiago Llaver.
Tuvo 2 grandes gestos que lo acreditan: 1) la defensa de Los Nihuiles, donde fue incluso en forma personal para no cederlos a la nación, y 2) no permitir el ingreso de los bingos y de empresas que pretendían imponerle desde la capital.
Luego vinieron quienes no sólo liquidaron los bancos de Mendoza y de Previsión Social, vendieron Giol, Obras Sanitarias y EMSE, sino también que transfirieron la Caja de Jubilaciones de la Provincia.
No es sólo un problema de personas, sino de la CONCEPCION RESPECTO DE LA DEFENSA DE LOS INTERESES DE MENDOZA.
Una cabal demostración lo constituyen el silencio de muchos ante las leyes de promoción industrial, la ley de copartipación, la ley de cheques y muchas otras que sirven para sustraer recursos que nos pertenecen.
Ojalá, como expresa Pablo Lacoste, éste desdoblamiento electoral nos sirva para iniciar una etapa que nos sirva para acrecentar nuestra defensa de los intereses de Mendoza, y no un mero artilugio para ver cuántos votos más pueden sacar algunos caciques departamentales, tan nocivos al interés general como son los “patriarcas” radicados en Buenos Aires, muchos de ellos, hombres de las provincias que viven encandilados por las luces del puerto.
Si hay desdoblamiento se podría llegar a votar siete veces en 2011Si se accede al pedido de los intendentes del PJ de separar las elecciones y se aplica además la reforma electoral, Mendoza vivirá en campaña todo el año próximo. La idea ya cosecha rechazos.11-07-2010 |
Marcelo Arce marce@diariouno.net.ar Siempre se dijo que el exceso de democracia nunca puede ser malo. Pero a juzgar por lo que está barajando nuestra dirigencia política, el año próximo no habrá Estado, Gobierno, oposición, ni persona que aguante semejante traqueteo electoral. Si se avanza con las reformas electorales y asimismo se accede al reclamo de los intendentes mendocinos del Partido Justicialista –quieren que votemos por separado los cargos municipales de los provinciales, y estos a su vez de los nacionales– podríamos terminar acudiendo a las urnas al menos siete veces a lo largo de 2011. El panorama es claro: · Ya está confirmado que el año próximo tendremos dos elecciones. Una, la que impone la ley, con fecha fijada para el 14 de agosto para realizar las internas abiertas, obligatorias y simultáneas para la selección de los candidatos nacionales. Y la otra, la elección general pautada para el 14 de octubre. · Otra, muy posible de que se concrete, será la segunda vuelta prevista para noviembre si es que (como aseguran hoy las encuestas) ninguno de los candidatos a presidente obtiene más del 45% de los votos. · Si se votan de manera conjunta cargos provinciales y municipales pero se los separa de la elección nacional, habrá que acudir a las urnas dos veces más. Una para definir en primarias a los candidatos locales de cada partido y la otra para luego elegirlos definitivamente. · Ahora bien: si los municipios de la provincia finalmente logran separarse de todo el resto, se sumarán dos comicios más, contando aquí también la elección interna. La discusión estancada Hace unas semanas, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, anunció que el 14 de agosto del 2011 se realizarán las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, previas a los comicios de octubre de ese año para elegir cargos nacionales, como presidente y legisladores (ver aparte). Mendoza venía discutiendo desde hace meses cómo adaptarse a esa ley, aunque a paso lento y sin resultados concretos. Unos días después de la confirmación nacional de los cambios, los intendentes justicialistas provinciales hicieron público un reclamo que desde hace tiempo se escuchaba en privado. Para despegarse de una posible derrota electoral a la que los llevarían tanto Cristina Kirchner como Celso Jaque y asegurarse un triunfo en sus departamentos, lanzaron la idea de que la provincia recupere la potestad de separar los comicios. La demanda le aportó no sólo incertidumbre al proceso electoral, sino que llenó de confusión el debate por la reforma electoral. Esta semana que pasó, los equipos técnicos de los partidos se entrevistaron con el Gobierno y se pautó un nuevo encuentro para el próximo 26 de julio. Ya se escuchan voces en contra El Gobierno envió un mensaje difuso. Pidió que en esa reunión, a realizarse hacia fines de mes, las fuerzas políticas acerquen posturas ya definidas. Y además acordó que Mendoza no adherirá a la ley nacional de reforma política, aunque es casi un hecho que aquí también se realizarán primarias. Sobre el desdoblamiento, el Ejecutivo buscó mostrarse seguro. Ratificó la potestad para separar los comicios y si bien Jaque no dijo qué hará, se atribuyó la decisión política de definir el desdoblamiento. Pero esa voluntad choca con la realidad: Mendoza podrá votar en forma distinta de la Nación sólo si lo define por una ley de la Legislatura. Dentro mismo del Gobierno se dice que, en realidad, las señales de Jaque de que podría llegar a desdoblar están más centradas en la Casa Rosada (en medio del conflicto por la promoción industrial) que en la posibilidad cierta de acceder al pedido de sus caciques comunales. En estas últimas horas, el escenario político se volvió difuso. Radicales y cobistas ya están diciendo no, en la voz del titular de la UCR, César Biffi, y del CONFE, Juan Carlos Jaliff. El Partido Demócrata apoya el desdoblamiento por una razón: es la única fuerza que lo pide desde hace veinte años. Desde 1990 a esta parte, han sido por lo menos seis los proyectos de ley que distintos referentes gansos han presentado, cuyo destino final fue el archivo. Pero luego de años de frustración, terminaron por encontrar en la desesperación política de los intendentes a alguien que los escuche. |
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